Cultura elabora el plan director de los pozos de la nieve de Sierra Espuña para garantizar su conservación y puesta en valor

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El documento recoge diferentes medidas y líneas de trabajo que comenzarán con la declaración BIC de estas construcciones

Cultura elabora el plan director de los pozos de la nieve de Sierra Espuña para garantizar su conservación y puesta en valor

La Comunidad Autónoma ha elaborado el plan director de los pozos de la nieve de Sierra Espuña con el objetivo de garantizar la conservación a través de su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) y de fomentar la puesta en valor de estas construcciones y del paisaje cultural y natural que conforman.

El proyecto, en el que se lleva trabajando desde hace seis meses, ha sido promovido y financiado con 18.000 euros por la Consejería de Turismo y Cultura y coordinado con la Consejería de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente. Los directores generales de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, y de Medio Natural, Consuelo Rosauro, dieron a conocer hoy los principales resultados del trabajo.

En la coordinación del plan también ha participado la Mancomunidad Turística de Sierra Espuña, mientras que el equipo redactor del plan ha estado dirigido por el estudio Ecoproyecta y en él han colaborado la oficina Patrimonio Inteligente y el estudio Islaya. "Un equipo multidisciplinar que ha abordado este trabajo de forma exhaustiva desde las diferentes ópticas que requiere: arquitectura, historia, paisaje, medio ambiente y gestión cultural, lo que permitirá actuar de la manera más eficaz posible", apuntó Lorca.

El responsable de Bienes Culturales explicó asimismo que "este plan director de los pozos de la nieve es fruto de un exhaustivo trabajo de investigación que acaba cristalizando en una herramienta de gestión que garantizará la conservación y puesta en valor de estas fábricas de hielo y de su paisaje, que posee un notable interés turístico a nivel nacional". Asimismo, avanzó que "la primera medida que se llevará a cabo será su próxima declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de 'Lugar de interés etnográfico'".

El documento recoge una batería de propuestas que se llevarán a cabo posteriormente, de forma escalonada y estudiada según su prioridad, que van desde fomentar el turismo sostenible y cultural y la puesta en marcha de acciones culturales y divulgativas entre los escolares hasta recuperar parcialmente el paisaje natural original de su entorno, pasando por la consolidación de las construcciones y la restauración completa de algunos de los pozos más destacados.

Consuelo Rosauro, por su parte, destacó que "los pozos de la nieve de Sierra Espuña y su entorno conforman un conjunto patrimonial de gran relevancia tanto por su interés paisajístico como por el arquitectónico y antropológico", y explicó que "los trabajos del plan director han servido, en parte, para elaborar una lista actualizada de pozos georreferenciados, incluyendo cuatro que no estaban documentados de forma oficial hasta este momento; uno de ellos en el municipio de Mula y tres en el de Totana".

28 pozos y 12 construcciones anejas

La declaración como Bien de Interés Cultural incluirá un conjunto de 28 pozos junto a 12 construcciones anejas (ermita y casas), así como dos fuentes de agua, dos caminos de la red de senderos naturales y una vía pecuaria (con un abrevadero y descansadero de ganados).

Los pozos se encuentran localizados fundamentalmente en el término municipal de Totana en dos grandes grupos. Uno corresponde a la llamada 'explanada de los pozos de Murcia' y otro el grupo de los pozos de Cartagena (entre los que se incluyen también los de la Villa, Lorca y Orihuela). A medio camino entre estas dos agrupaciones están los tres pozos del collado Mangueta y otros tres antes de llegar a la explanada de Murcia. Asimismo, hay tres pozos más no agrupados: uno sería el pozo de las Ánimas de Alhama, en el barranco de Leiva; otro en el barranco de la Hoz de Mula, y un tercero, denominado de Don Eleuterio, en el barranco de la Carrasca.

Se tienen noticias de los pozos de la nieve desde el siglo XVI y se estuvieron utilizando hasta principios del XX. Cada pozo contaba con un área alrededor, denominada 'raso', donde se acumulaba la nieve que luego se acopiaba en su interior.

Casi todos los pozos se construyeron completamente con mampostería de piedra de la propia sierra, unida con mortero de cal y/o barro, aunque en algunos casos también se utilizó adobe o ladrillo para la conformación de las cúpulas. En este sentido, existe una gran variedad tipológica en la técnica y morfología de los pozos.

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