Una Cáritas capuchina

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Una Cáritas capuchina

Los franciscanos capuchinos son una orden de hermanos consagrados a Dios por medio de los consejos evangélicos de obediencia, sin nada propio y castidad. Algunos de los hermanos son sacerdotes y otros son hermanos legos. El nombre de Capuchinos viene de la forma peculiar de usar el capucho. Lo que en un principio fue como un apodo, se ha convertido en el nombre oficial de la Orden.

“La regla y la vida de los hermanos menores es ésta:
vivir el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo”
Regla de San Francisco

Cáritas Tres Avemarías tiene ese carisma franciscano y desde mi punto de vista nos hace ser una Cáritas diferente.

Nuestra guía es el Evangelio y lo vivimos diariamente con los hermanos más necesitados de nuestro pueblo, atendiéndoles con amor, intentado dar esperanza y mitigando su desesperación en la medida de nuestras posibilidades. Nuestra casa es su casa y su problema el nuestro.

Ya saben en las distintas administraciones lo pesados que podemos llegar a ser los voluntarios de esta Cáritas cuando tenemos que intermediar para solucionar un problema a un hermano.

Todos los problemas no son sólo económicos, vivimos en una sociedad que se autocalifica solidaria y esto no es del todo cierto. Es verdad que cuando hacemos un llamamiento la gente responde, pero ya está. Somos capaces de dar un dinero para un pueblo que no sabemos situar en el mapa y somos incapaces de ayudar a nuestro vecino. Hay mucha gente de la que nadie se preocupa, vive sola y sola se muere.

En nuestra Cáritas la ayuda material no es la más importante, lo más importante es el acompañamiento. Estar con ellos hasta ayudarles a salir de la situación que tienen, dándoles todas las soluciones que este “estado del bienestar” tiene y apoyándoles en todo. Cuando vienen a Cáritas Tres Avemarías saben que ya no están solos, hay un grupo de gente que se preocupan de ellos. En ese momento la perspectiva del necesitado cambia y empieza a vislumbrar el camino para salir del bache. Muchas veces sólo hace falta un empujón.

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

 

Oh Maestro, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.

Esta es la oración de San Francisco, PARA NOSOTROS ES UNA ACTITUD ANTE LA VIDA.

Sigan cuidándose, que Dios les bendiga.

PAZ Y BIEN

LUCÍA VIVANCOS MARTINEZ

DIRECTOR DE CÁRITAS TRES AVEMARÍAS

Una Cáritas capuchina, Foto 1
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