Rincones de Totana. Bar Miguel

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Rincones de Totana. Bar Miguel

He pasado un magnifico rato conversando con el inefable Pedrín el del Bar Miguel, pues es alguien a quien tengo un especial afecto porque siempre me demostró un gran cariño y respondió a mis constantes preguntas, gracias a cuyas respuestas he podido sacar adelante algunos trabajos que he publicado.

Desde que lo conocí me relató muchas vivencias de su tío el cura Marzo, de muchos de sus clientes y, muy especialmente respondió a mis muchas preguntas sobre el trabajo de Ginés Martínez Rosa (Ginés el de los Muebles) en la iglesia de Santiago, especialmente sobre el ensamblaje de un retablo en sustitución del que quemaron, y que actualmente vemos como altar mayor, siendo las dos partes o dos retablos del mismo autor y época.

Ha rememorado conmigo la historia del bar de su propiedad desde que lo abrieron sus padres con él de mozalbete. Lo hicieron el año 1939 a los varios meses de acabar la guerra incivil y se llamaban Miguel Cánovas Cánovas y Paula Cánovas Garre, a la cual llegué a conocer, tras dejar la taberna que tenían en el Rincón del Ajo, llamado así como sabemos por el alioli que hacia doña Paula.

En su origen el bar tenía la barra enfrente según se entraba, y su primera cafetera fue que sale en la foto. Su madre era una excelente cocinera de las de elaborar sin prisas y a fuego lento, razón por la que sus salsas eran exquisitas, ya fueran las de carne de cerdo o las de cordero, así como sus michirones y cocina tradicional de la zona.,

A la temprana muerte de su padre, Pedrín se hizo cargo con su madre del bar y continuaron con buena clientela, abriendo muy temprano para que tomaran café los que iban a trabajar al campo al amanecer. Su buen carácter excelente humor, simpatía y don de gentes le granjearon la amistad de todos y el bar fue rentable, de tal modo que en 1958 contrajo matrimonio con Eulalia Andreo Tudela, a la que también tuve la suerte de conocer.

Eulalia se formó en la cocina de la mano de su suegra y continuó manteniendo las buenas tapas, reformando el bar posteriormente para colocar la barra a la derecha como lo conocimos los últimos clientes.

El buen trabajo de Pedrín y Eulalia con su clientela hizo que sus ingresos les permitieran criar a tres hijos que tomaron caminos diferentes al del bar, por lo que cuando cumplió 68 años decidió retirarse.

Ahí sigue. La barra en su sitio, a su derecha una mesa de camilla ante la que se sienta, tiene dificultades motoras pero con la mente absolutamente lúcida. Ha sido todo un lujo para mí haber contado con la amistad de este gran hombre.

Juan Ruiz García 

Rincones de Totana. Bar Miguel, Foto 1
Pedrín en la barra del bar donde siguió la tradición familiar
Rincones de Totana. Bar Miguel, Foto 2
Rincones de Totana. Bar Miguel, Foto 3
El Bar Miguel se encontraba en la Avda. General Aznar 1, junto a la Casa de las Contribuciones
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