Domingo de Pentecostés (A, B, C)

Paso la palabra. Para meditar cada da
Domingo de Pentecostés (A, B, C)
Por Jesús Aniorte

1. Preparacin

Seor, aqu estoy delante de ti. Aydame a tomar conciencia viva de que t ests conmigo siempre. Est donde est, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oracin me sea provechoso. Que vea claro qu quieres de m. Dame un corazn nuevo, que me gue por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Seor. Soy todo tuyo. Haz de m lo que t quieras. Amn.

Ahora lee despacio la Palabra de Dios y las reflexiones que se proponen. Djate empapar de la Palabra de Dios. Si con un punto de reflexin te basta, qudate ah, no prosigas.

2. La palabra de Dios

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: - «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: - «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: - «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» ( Juan 20, 19-23).

1. Durante 50 días hemos celebrado la Pascua, 50 días celebrando que Jesús ha vencido la muerte en todas sus formas, y vive. Y en el Resucitado nosotros hemos sido re-creados, hechos nuevos. Somos nuevas criaturas, y lo nuestro es vivir la vida nueva del hombre nuevo. Pero experimentamos que el mal sigue presente en el mundo y lucha contra nosotros, que seguimos sintiéndonos débiles. ¿Cómo vivir, pues, la vida nueva del Resucitado? ¿Cómo vivir como personas de paz, justas, solidarias, que aman, que perdonan, etc.…? Señor, tú conocías nuestra debilidad. Por eso, antes de irte, prometiste a los tuyos un Abogado, un Defensor, que nos defienda contra el mal que intenta impedirnos vivir como criaturas nuevas. Y hoy, fiesta de Pentecostés, celebramos con gozo que has cumplido tu promesa. Que nos has enviado al Defensor prometido. Gracias, Señor, porque no nos has dejado solos, sino que nos has regalado el Espíritu Santo para que nos ayude a vivir la vida nueva del amor

2. «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: - «Recibid el Espíritu Santo”... El Señor –antes de marcharse- envía a los Apóstoles para que continúen su obra. La tarea no es fácil. Sobrepasa sus fuerzas y capacidades. Por eso, el Señor exhala su aliento sobre ellos y les da el Espíritu Santo que los hará fuertes. Como en el Génesis Dios sopló sobre la figura de Adán hecha de barro y le dio vida, así el Señor con su soplo de vida da el Espíritu Santo a los suyos y los re-crea, los hace nacer de nuevo. Señor, sopla hoy tu aliento sobre nosotros y damos el Espíritu Santo vivificador, que con su fuerza sí seremos capaces de llevar adelante tu proyecto de cambiar este mundo egoísta, injusto, insolidario...

3. Es cierto que el Señor Jesús hoy nos da su Espíritu a nosotros. Pero el Espíritu, como la Palabra, hay que acogerlo con corazón dócil y humilde. Dice K. Rahner: “Sólo quien es humilde deja espacio libre al Espíritu, y puede ser arrastrado por el viento de Pentecostés.” Que hoy, Señor, nos dejemos invadir por tu Espíritu y en adelante nos dejemos guiar y llevar por él. Que lo acojamos y dejemos que florezcan en nuestros corazones sus frutos: el amor, la alegría, la paz, la comprensión, la servicialidad, la bondad, la lealtad, la amabilidad, el dominio de sí… ¡Qué otros serían nuestros ambientes, nuestras familias, nuestro mundo, si estos maravillosos frutos del Espíritu aparecieran en nuestras vidas! Señor, que no desaprovechemos esta nueva oportunidad que hoy nos das, que abramos las puertas al viento del Espíritu, que dejemos espacio libre para él.

3. Dilogo con Dios

A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregntate qu te pide el Seor... Hblale como a un amigo. Pdele perdn, dale gracias. Escucha en tu corazn qu te dice el Seor. Pide que te ayude para poder llevar a la prctica los deseos que han surgido en tu corazn.

31/05/2009


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