Bautismo del Señor (B)
Por Jesús Aniorte
1. Preparacin
Seor, aqu estoy delante de ti. Aydame a tomar conciencia viva de que t ests conmigo siempre. Est donde est, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oracin me sea provechoso. Que vea claro qu quieres de m. Dame un corazn nuevo, que me gue por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Seor. Soy todo tuyo. Haz de m lo que t quieras. Amn.
Ahora lee despacio la Palabra de Dios y las reflexiones que se proponen. Djate empapar de la Palabra de Dios. Si con un punto de reflexin te basta, qudate ah, no prosigas.
2. La palabra de Dios
En aquel tiempo, proclamaba Juan: “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.” Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.” (Marcos (1,7-11)) 1. El bautismo viene a ser el pórtico de la vida pública de Jesús. En el evangelio vemos que es presentado por el Padre como el Mesías, el Ungido de Dios: -«Éste es mi Hijo amado, mi predilecto”. En adelante en su Palabra y en sus hechos se manifestará Dios actuando: anunciando un mensaje de salvación y sanando, perdonando, liberando a los hombres del mal. Durante el año acompañémosle, escuchémosle, mirémosle, para aprender a ser hijos de Dios. Para crecer como hijos de Dios. ¡Qué bueno, Señor, si el Padre pudiera reconocer en mí los rasgos tuyos, tu fisonomía espiritual y proclamar sobre mí: éste es mi hijo amado, mi predilecto. 2. San Cirilo de Jerusalén dice: "Si tú tienes una piedad sincera, sobre ti descenderá también el Espíritu Santo y oirás la voz del Padre que viene de lo alto: Éste no era mi hijo, pero ahora, después del Bautismo, ha sido hecho hijo mío". Hoy recordemos y agradezcamos la gracia del bautismo y renovemos nuestros compromisos bautismales. En el bautismo, por el agua y el Espíritu, fuimos engendrados a una vida nueva, la de hijos de Dios. ¿Qué don mayor podíamos esperar? Gratuitamente, sin ningún mérito nuestro, Dios nos ha mirado con amor y nos ha elegido y nos ha investido de esa dignidad. ¿Nos sentimos amados incondicionalmente por Dios, siempre y en todas las circunstancias?, ¿hemos sido agradecidos?... Si bien lo pienso, Padre, ¡qué pocas veces te he dado gracias por el don del bautismo! Pero, sobre todo, ¡cuántas veces no he vivido como hijo tuyo! Por eso, hoy quiero darte gracias y bendecirte por tu inmensa bondad para conmigo. Aviva en mí, Padre, el ánimo, el deseo y el propósito de vivir como hijo tuyo, según vivió Jesús. 3. Al hacernos hijos por el bautismo, Dios nos ha elegido y consagrado, y nos ha dado el Espíritu del Hijo y nos ha destinado a vivir la vida de Cristo, el Hijo. Y a continuar su obra: a proclamar a todos que Dios es nuestro Padre, que nos ama y nos quiere y se preocupa de todos, sobre todo, de los más pobres y necesitados. Señor Jesús, enséñanos a vivir como hijos de Dios: a amar al Padre y a los demás, como tú los amabas; a aceptar siempre la voluntad del Padre; a pasar haciendo el bien a todos y a servir y no buscar ser servido. Señor Jesús, que dedique tiempo, en la oración, a escucharte, a mirarte, a contemplarte para aprender de ti y dejarme cambiar, hasta el punto de que mi vida y mis obras reflejen el amor del Padre, como tu vida y tus obras lo reflejaron.
3. Dilogo con Dios
A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregntate qu te pide el Seor... Hblale como a un amigo. Pdele perdn, dale gracias. Escucha en tu corazn qu te dice el Seor. Pide que te ayude para poder llevar a la prctica los deseos que han surgido en tu corazn.
08/01/2012
Artculos de "Al hilo de la vida y de mis reflexiones"
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