Paso la palabra. Para meditar cada día: 20/12/2025
Por Jesús Aniorte
1. Preparación
Señor, aquí estoy delante de ti. Ayúdame a tomar conciencia viva de que tú estás conmigo siempre. Esté donde esté, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oración me sea provechoso. Que vea claro qué quieres de mí. Dame un corazón nuevo, que me guíe por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Señor. Soy todo tuyo. Haz de mí lo que tú quieras. Amén.
Ahora lee despacio la Palabra de Dios y las reflexiones que se proponen. Déjate empapar de la Palabra de Dios. Si con un punto de reflexión te basta, quédate ahí, no prosigas.
2. La palabra de Dios
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel. (Lucas 1,26-38). 1. Hoy, avanzado ya el Adviento, contemplamos a María en su anunciación. Gabriel la saluda llamándola “la-llena-de-gracia”. María es la llena de gracia, la llena del favor de Dios, la colmada del amor de Dios. Que eso es lo que en la Biblia significa gracia: el amor, el cariño, el favor con que Dios quiere a su pueblo. Después añade el ángel: “El Señor está contigo”. A nosotros, en la misa, -comenta P. Schillebeck- el sacerdote nos saluda diciendo: “El Señor esté con vosotros”. Y ora para que así sea, pues siempre hay rincones de nuestro corazón donde todavía no hemos recibido a Dios. En María, por el contrario, no hubo un solo rincón de su corazón que fuera extraño a Dios. Ella pertenecía del todo a Dios. Ruega por nosotros, Madre, para que no hurtemos a Dios ningún rincón de nuestro corazón. Que le dejemos entrar en todos. Para que cada día esté más con nosotros. 2. Después de saludarla, el ángel le da a conocer la misión que Dios le ha asignado: ser la Madre del Mesías, del Salvador. La misión es grande. pero el ángel la anima: “no temas, María”, porque más grande y poderosa es la gracia del Señor. Y él está con ella. Ante esta oferta de Dios, María se pone a su disposición: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." ¡Qué libres le deja María las manos a Dios! ¡Con qué confianza se abandona en las manos del Padre Dios para que haga de ella lo que quiera! Y ese “sí” lo repetirá en todas las circunstancias de su vida, aun en los momentos más oscuros. Señor, que hoy, mirando a María, aprenda esa disponibilidad, que aprenda a decir sí a tus planes, aceptándolos sin reserva ninguna; que, como para María, tu voluntad lo sea todo para mí, en todos los momentos y circunstancias. Que no trate de escabullirme, cuando escuche en mi corazón tus llamadas. Dame un corazón generoso como el de María. 3. «Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir: ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte». Sí, Señor Jesús, ven y abre la puerta de mi cautiverio, líbrame de la oscura tiniebla del pecado. Que pueda caminar en libertad por los caminos de amor a Dios y el amor y servicio al prójimo, sobre todo, a los que más lo necesitan.
3. Diálogo con Dios
A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregúntate qué te pide el Señor... Háblale como a un amigo. Pídele perdón, dale gracias. … Escucha en tu corazón qué te dice el Señor. Pide que te ayude para poder llevar a la práctica los deseos que han surgido en tu corazón.
20/12/2025
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