25 de abril – San Marcos, evangelista

Paso la palabra. Para meditar cada día
25 de abril – San Marcos, evangelista
Por Jesús Aniorte

1. Preparación

Señor, aquí estoy delante de ti. Ayúdame a tomar conciencia viva de que tú estás conmigo siempre. Esté donde esté, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oración me sea provechoso. Que vea claro qué quieres de mí. Dame un corazón nuevo, que me guíe por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Señor. Soy todo tuyo. Haz de mí lo que tú quieras. Amén.

Ahora lee despacio la Palabra de Dios y las reflexiones que se proponen. Déjate empapar de la Palabra de Dios. Si con un punto de reflexión te basta, quédate ahí, no prosigas.

2. La palabra de Dios

“En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once, y les dijo: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. A los que crean les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas..., impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos. El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Y ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.” (Marcos 16, 15-20)

1. Una vez más el Señor se hace presente en medio de los Once. Ya no son los hombres asustados de antes. La Resurrección les ha cambiado. Hoy, -fiesta del Evangelista Marcos- vemos que, antes de ascender al Padre, el Resucitados les encarga una misión: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. En adelante ya no será él quien invitará a la fe, a creer en el amor del Padre. En adelante lo harán ellos, en su nombre. Y ese encargo ha llegado, a través de generaciones y generaciones, a nosotros. Hoy somos nosotros, Señor, los encargados de realizar esa misión. Toca a nosotros anunciar a todos la Buena Noticia de tu amor, de tu muerte y resurrección. Gran responsabilidad, Señor, pero ¡qué privilegio! Gracias.

2. No es que nosotros seamos mejores que los demás. Como no lo eran tampoco Marcos ni los otros Apóstoles. Ellos le fallaron, cobardes, cuando llegó el peligro; pero el Señor los eligió a ellos. También nosotros, débiles, le hemos traicionado muchas veces. Hemos sido cobardes y le hemos negado pecando. Pero el amor del Señor es más fuerte que nuestra traición. El nos ha perdonado y nos ha elegido para que seamos testigos de su amor. Señor, concédenos la gracia de amarte como los Apóstoles te amaban. Que no tengamos miedo ni reparo alguno de proclamar –con la palabra y con la vida- tu evangelio, como hicieron ellos. Que nos duela que haya aún tantos hermanos nuestros que te desconozcan y no gocen de tu amor. Y ¿cómo te conocerán, si no hay quien te anuncie?

3. Los cristianos tenemos estupendas Noticias que dar a tanta gente desconcertada, sin esperanza, sin rumbo, que hay a nuestro lado. ¿Cómo no dárselas?; ¿cómo no decirles que Dios es nuestro Padre, que nos ama a pesar de nuestros pecados e infidelidades; que Cristo ha dado la vida para salvarnos y ha resucitado y ha abierto un camino de amor y de esperanza para todos; que ha vencido el egoísmo y el desamor, y es posible un mundo mejor, un mundo en donde, con su ayuda, podemos vivir como hermanos, amando, sirviendo, entregándonos, perdonando, consolando, haciendo el bien…? Señor, que hoy sintamos la necesidad que evangelizar, de entregar a los demás la Buena Noticia que tan felices nos hace a nosotros. Son muchos los que la esperan; que no les defraudemos. Somos poca cosa, pero queremos ir como ellos fueron, porque tú estás con nosotros y cooperarás con nosotros ,como con los Apóstoles: “ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.”

3. Diálogo con Dios

A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregúntate qué te pide el Señor... Háblale como a un amigo. Pídele perdón, dale gracias. … Escucha en tu corazón qué te dice el Señor. Pide que te ayude para poder llevar a la práctica los deseos que han surgido en tu corazón.

25/04/2008


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