La Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de Totana ofrece una serie de recomendaciones a los consumidores y usuarios para realizar las tradicionales compras en la época de las rebajas de verano, que comienzan hoy 1 de julio y continuarán hasta el 31 de agosto, ambos inclusive, según ha informado la concejal de Consumo, Eulalia Sandoval.
La reducción de precios se extiende a un innumerable catálogo de productos, pero que en esta ocasión estará centrada en los artículos textiles, menaje, calzado y complementos, entre otras muchas cosas.
Según informa la OMIC, los ciudadanos tienen que tener claro que, con relación a los periodos normales de venta, lo único que debe variar son los menores precios con los que son reetiquetados los productos. La calidad, condiciones de venta, aceptación de tarjetas de crédito y garantías, deben continuar manteniéndose.
De la misma manera, se advierte que los comerciantes no tienen obligación de aceptar devoluciones más allá de los casos en que los productos presenten defectos. Pero si un establecimiento admite devoluciones durante el resto de temporadas, también habrá de hacerlo en tiempo de rebajas.
En este caso, serán exigibles como incorporados a contrato, la condiciones de venta en cuanto a plazos de devolución, entrega de "vales" para ser canjeados por otras prendas. Además, hay que exigir justificantes de compra, así como los documentos de garantía debidamente cumplimentados.
Es recomendable comprar lo que realmente se necesita y deben rechazarse los artículos que no reúnan las condiciones de sanidad y seguridad.
Igualmente, desde la Concejalía se recomienda conservar medios de prueba (publicidad, escritos, etcétera) de ofertas, listas de precios, entre otros, ya que, aunque no se recojan en contratos, son de obligado cumplimiento.
Con todo, la edil de Consumo recomienda comprar en establecimientos adheridos al Sistema Arbitral de Consumo (en Totana ronda las 700 adhesiones, pudiendo detectarse visiblemente el distintivo en cada establecimiento comercial), que supone una garantía añadida, a la atención que prestan los comerciantes, en aquellos casos en los que surjan discrepancias y puedan ser objeto de reclamación.
