Entrevista a Juan María Zamarreño

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La Semana Santa en el corazón



 

Juan María Zamarreño López no podría entender su vida sin su implicación y su manera de vivir la Semana Santa. Vinculado a la Hermandad de Jesús en el Calvario y Santa Cena desde siempre, ahora ha sido elegido presidente del Ilustre Cabildo Superior de Procesiones de Totana, un cargo desde el que espera seguir trabajando para el engrandecimiento de la Semana Santa totanera.

Pregunta. ¿Por qué decidió dar el paso de presentarse para ocupar el cargo de presidente del Cabildo?

Respuesta. Para mí la Semana Santa ocupa un lugar muy importante en mis prioridades. Desde siempre he trabajado por mi hermandad y ya desde hacía cinco años era vocal de la directiva del Cabildo. Ahora decidí presentarme para darle una salida a la situación de bloqueo en que se encontraba la institución, y movido por el interés de que en el Cabildo impere sobre todo la unidad y el consenso. Trabajar por la Semana Santa de Totana es un honor para cualquiera.

P. ¿Qué proyectos se plantea desde su nuevo cargo?

R. Como mi intención es buscar la unidad y el consenso, como ya he comentado, pienso que tendremos que velar entre los 17 presidentes de hermandades para ver por donde se le debe tomar el pulso a la situación y a las actuaciones que queramos acometer. Pienso que se debe apostar por recuperar el espíritu de trabajo que se vivió el Día del Nazareno que se celebró hace años en Totana, de trabajar todos a una unidos sin pensar de que hermandad se es, sino trabajando por un proyecto común que es el Cabildo y la Semana Santa.

No obstante, en principio, en cuanto a aspectos más concretos, apuesto por darle un empuje y trabajar para la consecución de la declaración de Interés Turístico Regional para la Semana Santa totanera, o para que Totana cuente con un Museo de la Semana Santa.

Además, creo que se debe apostar por la incorporación de gente joven en las directivas de las hermandades, tal y como yo he hecho en la del Cabildo, porque los jóvenes son el futuro de la Semana Santa, y deben implicarse en trabajar por ella, siempre desde el respeto a las tradiciones.

P. ¿Cuáles son sus primeros recuerdos de la Semana Santa?

R. Desde siempre he sido nazareno y mi trayectoria siempre ha estado ligada a la hermandad de Jesús en el Calvario y Santa Cena y marcada desde luego por mi padre, que fue más de veinte años no consecutivos presidente de dicha hermandad. Yo estoy muy influido por su forma de hacer las cosas y he pretendido seguir su ejemplo, en aspectos como la incorporación de gente joven a puestos de responsabilidad… La forma de entender la Semana Santa es la que me ha transmitido mi padre.

P. ¿Guarda alguna anécdota de cuándo era pequeño?

R. La verdad es que me cuentan cosas como que con cuatro años me pisó el trono de la Santa Cena y las ruedas me rompieron un zapato, o que un año me perdí en Semana Santa. Nosotros somos siete hermanos -hace un tiempo falleció el octavo- y todos estamos vinculados con mayor o menor intensidad a la Semana Santa. Mi padre falleció siendo Nazareno de Honor y también el presentarme a presidente para trabajar por la Semana Santa es una manera de devolver lo que ésta le ha dado a mi familia. De hecho, para dar este paso, conté con el apoyo incondicional de mi mujer y el resto de mi familia.

P. ¿Cuál ha sido su trayectoria en puestos de responsabilidad en la Semana Santa?

R. Desde 2004 he sido vocal de Organización del Cabildo y desde hace casi doce años soy presidente de la Hermandad de Jesús en el Calvario y Santa Cena, en la que siempre he contado con una junta directiva cuya colaboración y empuje ha sido clave para el buen funcionamiento de dicha hermandad y para el desarrollo de importantes proyectos que hemos llevado a cabo, como el más reciente de construcción de una nueva sede.

P. La Semana Santa de Totana tiene muchas peculiaridades. ¿Cómo cree que se debe conjugar el aspecto más festivo con el auténtico espíritu de esta celebración?

R. Yo creo que no se debe evitar decir que la Semana Santa es una fiesta, porque lo es: es una fiesta de olores, sensaciones, sentimientos, sonidos, del ritual, de las emociones, de la reflexión en torno al mensaje cristiano… La labor del Cabildo es encontrar el equilibrio entre lo popular y lo religioso. Lo uno sin lo otro no tendría sentido.

P. ¿Cómo vive usted la Semana Santa?

R. Para mí la Semana Santa no son sólo cuatro o cinco días, la Semana Santa es todo el año. En mi hermandad, por ejemplo, este año en junio se peregrinó a Calasparra, se montaron barras en alguna fiesta para recaudar fondos para sufragar los gastos de la nueva sede, se organizó la primera cena de verano y ya se está trabajando para que en Navidad la sede acoja el belén monumental de la Venta Los Pinos que realiza Francisco Carrillo Periago, y con este motivo en la planta superior se monte una exposición de nuestras imágenes. En definitiva, trabajamos todo el año por la Semana Santa, y aunque es evidente que los días propiamente dichos de Semana Santa son más intensos, nuestro compromiso es el mismo todo el año.

P. ¿Qué acto es para usted el más emotivo de los que se celebran en Semana Santa?

R. Me resulta especialmente emotiva la salida del paso titular de la Parroquia de Santiago en la noche de Viernes Santo, aunque desde luego sin desmerecer ningún otro acto o culto. Yo sé que hay muchas Semanas Santas en España dignas de visitar y conocer, pero yo no me pierdo mi Semana Santa por ver la mejor procesión de España, no concibo estar esos días lejos de Totana.

P. Usted tiene dos hijas a las que supongo que también les ha inculcado su cariño y manera de vivir la Semana Santa.

R. Evidentemente, se lo he inculcado a tope, tal y como mi padre hizo con mis hermanos y conmigo: una de las cosas buenas es que todos hemos estado en torno a la hermandad del Calvario y ha sido una forma también de estar todos unidos. Ha sido un legado que mi padre nos ha dejado, el de trabajar por la hermandad todos juntos.

Entrevista a Juan María Zamarreño, Foto 1
Totana

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