El alcalde de Totana, el popular Juan Morales, sostiene que el proyecto urbanístico que el grupo gallego “Nuaria” va a desarrollar en el municipio de Totana permitirá revalorizar una zona de secano en la pedanía de El Raiguero para generar riqueza económica y social, y promover empleo.
La empresa desarrollará un complejo residencial después de que la última junta local de gobierno diera luz verde al proyecto urbanístico que permitirá una urbanización de unas 5.000 viviendas tras la adquisición de 2,2 millones de metros cuadrados de suelo urbanizable en esta diputación totanera.
El primer edil informó de que esta urbanización se construirá en una zona de secano “sin ningún valor ambiental, agrícola y paisajístico donde no hay agua”, y que está colindante con los términos municipales de Mazarrón y Lorca.
Morales señaló que ésta ha sido siempre una zona “abandonada” porque “no tiene agua del trasvase y donde no se ha podido nunca cultivar por los problemas que han existido siempre con la canalización del agua”, por lo que “esta situación se va a reconvertir y será una zona de fuente de riqueza”.
Además, señaló que “este terreno no cuenta con agua porque el actual Gobierno de Zapatero, apoyado entre otros por IU, no tiene derecho a riego del trasvase Tajo-Segura y no se puede cultivar”.
Según fuentes populares, la superficie edificable resultante del convenio es de 504.000 metros cuadrados y la empresa está a la espera de que se apruebe de forma provisional el Plan General de Ordenación Municipal, que prevé una edificabilidad en la zona a 1,8 millones de metros cuadrados.
El alcalde negó las acusaciones de IU de que se está presionando a propietarios de terrenos para que vendan sus propiedades, ya que, han sido varios los inversores que han mostrado interés por promover proyectos en esta zona del término municipal y se ha velado por la defensa de los intereses generales.
Asimismo, señala que el proyecto cuenta con las previsiones técnicas para dar respuesta a las demandas de agua en la zona y lamenta que IU se oponga sistemáticamente al desarrollo económico y social del municipio “haciendo política de balas perdidas en la calle, dado que el Ayuntamiento sus concejales no lo pisan nada más que para los plenos y comisiones”.
